Nació en Villanueva (La Guajira) el 30 de
Octubre de 1948. Parece increíble que con su tez morena actual su apodo
de “Turco” derive de las mismas palabras de su padre cuando al nacer
aparentemente lo vio rosadito y rozagante y dijo: “Parece turco”. En
Villanueva, como suele ocurrir en estos pueblos guajiros, los
“sobrenombres” parecen tener más acogida que los propios nombres, quedó
bautizado popularmente como “El Turco Gil” y su nombre “Andrés” pasó a
un segundo plano.. El pequeño estudió trompeta y saxofón, pero tuvo como
vecino a Emiliano Zuleta, cuyo acordeón le torció el destino. A los 7
años, sacaba el instrumento del baúl del maestro para robarle acordes.
Como sabía gramática musical y leía notas, vio que el mágico instrumento
solo daba siete de los doce sonidos musicales. Era como un acordeón
‘sin terminar’. O “una máquina de escribir a la que le faltan letras”,
recuerda.
“Sólo en 1966 llegaron al país acordeones
más tecnificados, que daban mayor armonía a la ejecución” recuerda. En
efecto, nuestro paisano ‘El Turco’ Gil, fue el músico que le descubrió
nuevos sonidos al acordeón y merced a ese descubrimiento, el maestro
Rafael Escalona asegura que el hombre que más sabe de vallenato en
Colombia es ‘El Turco Gil’. Y Alfredo Gutiérrez lo inmortalizó como “el
músico que se adelantó 30 años al vallenato en el mundo”.
Razón tenían, pues el mismo Emiliano
Zuleta no pudo interpretar bien su obra cumbre. ‘La Gota Fría’ sonó como
debía cuando ‘El Turco Gil’ la grabó en 1968, y le sacó al acordeón
sonidos desconocidos hasta entonces en la escala del vallenato. Por eso
lo llamaron el ‘Rey del disonante’.
El “Maestro de Maestros” actualmente
tiene en Valledupar una escuela única en el mundo, con alumnos de la
Costa Atlántica, Europa y Estados Unidos. Todo comenzó cuando los
amantes del vallenato les llevaban a sus hijos para que les enseñara los
secretos de hacer cantar y llorar el acordeón como sólo ‘El Turco Gil’
sabía, pero el patio de su casa se llenó de muchachitos y él les daba
clases a la sombra de un almendro. Hace 20 años, cuando no cupo uno más,
‘El Turco’ vio la necesidad de buscar una sede y formar una escuela.
Sus alumnos tienen un gran reconocimiento
internacional desde que comenzaron a cantar en obras benéficas por toda
Colombia y América, han sido uno de los pocos que han cantado en la
“Casa Blanca”, residencia del Presidente de los Estados Unidos. Hoy la
Escuela del Acordeón, única en el mundo, tiene 1.200 alumnos de la Costa
Atlántica, de otras regiones de Colombia y hasta de España, Francia,
Argentina y EE. UU y en los conciertos con Los Niños del Vallenato,
visten sus trajes típicos: manta para la niña y ‘wayuco’ para los
varones. Sus padres, Fidel Hernández y Diva Sinisterra, hacen ‘bolis’
(sánduches en La Guajira), para costearles los pasajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario