sábado, 4 de febrero de 2012

La Leyenda Vallenata


Cuenta la leyenda que en sus principios a los moradores de la región, que aún sin tener una preparación académica de acordeón, aprendieron a amansarlo para acompañar a los instrumentos de percusión que ya dominaban, y que les servía de fondo y de acompañantes para exteriorizar todos los demonios que tenían dentro en forma cantada, para entregar un recado, para dar una mala noticia o confesar sus amores.
Francisco "El Hombre", cuyo verdadero nombre era Francisco Moscote, era un “mensajero” que hacía la ruta entre los pueblos de las sabanas del Cesar y La Guajira a lomo de burro, llevando las noticias y recados al pueblo donde llegaba, que le entregaban en el pueblo que acababa de visitar. Llegaba al centro del pueblo, en la plaza, y comenzaba a tocar su acordeón y a cantar las noticias y las “razones” que le interesaban a la gente que al escuchar las notas del acordeón de Moscote, salían corriendo para la plaza a ver si las noticias cantadas traían alguna esperanza de algún familiar del que no tenían noticias.
Cuenta ademas que en una de su corredurías, Francisco Moscote se encontró en el camino con el mismísimo Diablo, quien lo retó a tocar el acordeón, a ver cual de los dos lo hacía mejor, la leyenda dice que Moscote le ganó al Diablo tocándole el “Credo” al revés, y como la contienda fue debajo de una palmera, ésta quedó chamuscada cuando el Diablo se fue vencido y mal geniado. Debido a todo lo anterior, se asigna a Francisco Moscote como el precursor de la música vallenata.
El acordeón encontró buena acogida en las clases populares donde se convirtió en pieza fundamental para las parrandas. Naciendo entonces ritmos que el pueblo bailaba acompañados por la música de acordeón, como el chandé, el pajarito, la colita y otros más. Otros ritmos que en las sabanas de Bolívar y Sucre se interpretaron con este instrumento sonoro, fueron El porro y la Cumbia.
La historia narra que cuando la plena bonanza de la Zona Bananera en el Departamento (provincia) de Magdalena, allí se reunían los jornaleros de todas la regiones a trabajar con la Compañía Frutera de Sevilla como cortadores, labradores y transportadores del banano de exportación. En los campamentos nacían nuevas amistades, la primera pregunta que le hacía a quien se acababa de conocer era: “y usted de donde es compa”..?. La respuesta era de acuerdo a la región de procedencia. Yo soy Bolivarense, yo soy Guajiro… Yo soy nato del valle...Esta última era utilizada por los oriundos de Valledupar, quienes querían decir que eran nativos del Valle. La descomposición de esta frase dio origen al termino "VALLENATO", que luego fue adaptado a la música de acordeón de aquella región. Empezaron algunos conjuntos a utilizar el término. Pero el termino Vallenato también era despectivo. Se les aplicaba a aquellas personas que tenían manchas blancas en su piel (vitiligo) y se consideraba una enfermedad de la clase baja.
La historia del vallenato registra piquerias legendarias, como las de Francisco Moscote Guerra (el verdadero Francisco el Hombre) y Abraham Maestre; el mismo Abraham Maestre y Cristóbal Luque; Víctor Silva y Octavio Mendoza; Emiliano Zuleta y Chico Bolaños; Samuelito Martínez y Germán Serna; Samuelito y Náfer Durán (“larga y fea -según Samuelito-, donde hubo hasta privados y heridos”); Eusebio Ayala y Luis Pitre (miembro de una respetada dinastía de músicos);Octavio Mendoza y Eusebio Ayala; Eusebio Ayala y el Mocho Mon, un 15 de mayo en Rincón Hondo.
Y la historia continúa...........................
Fuente:  http://www.parrandavallenata.com





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